[Da-sein. Ser-ahí; ser-tiempo]
Se dice que dos no es igual a uno más uno, al menos no en el cálculo de la complicidad. Los límites del uno se desbordan e impregnan en los límites del Otro. El Uno y el Otro, siendo los mismos, dejan de ser lo mismo para ser un-nosotros. A partir de cierto tiempo, impredecible, irreductible, se llaman nosotros y se aprecian desde la trinchera de su ser ahí en el tiempo mutuo. A Juliane y Emilio, quienes, más que estar juntos, son juntos. Y lo son ahí, en el tiempo. Desde el puesto en donde habito, gracias por permitirme ser parte de ese evento que forma parte de su momento, ese de su vida juntos.
.Fotografía: Ian Balam & Noah Hawthorne | Espacio: Hacienda San Isidro | Destino: Ciudad de México